A mi padre no le gustan las morsas. Odia las morsas como creo que jamás nadie ha odiado a nadie. Afortunadamente en mi país no hay morsas, con lo cual este desmesurado odio no ha llegado a provocar violencia alguna.
Mi padre, cómodamente instalado en su butaca, odia por televisión.
autor: Choan C.Gálvez
tomado de la web de relatos cortos
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