Hay muchas formas de celebrar la Nochebuena. Normalmente se cena en familia (aunque eso algunos lo hacemos todos los días), muchos salen de fiesta y en algunas casas llegan los regalos de Papá Noel.
Lo que es un poco raro es salir un rato en Nochebuena y entrar en un bar ruso, del que no tenías idea alguna de su existencia.
Es curioso comprobar cómo sigue habiendo lugares en el centro donde una buena cerveza sigue costando menos de 4€ y donde es posible trasladarte a otro lugar del mundo. Es curioso ver a tu alrededor rusos con gorros de Papá Noel y cuernos de renos con una pandereta en la mano, cantando "mira como beben los peces en el río" o si no alguna canción mítica rusa que les hace animarse aún más. Es curioso cómo la tía de la barra te ofrece unos paseteles rumanos que hay en un plato, con buena pinta, por ser como es Nochebuena. Y más curioso aún es que te vas y se despiden todos de ti con un "feliz navidad" más de corazón que cualquier vecino que te lo dice en el ascensor.
Curioso pero cierto.
Ya sabéis... el mundo está loooooooco.
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