En un mes todo será distinto. Amaneceré en mi nueva ciudad de residencia: Montreal, con nieve por todo mi alrededor y cinco meses por delante para vivir intensamente mi experiencia al otro lado del charco.
Tras papeleos previos y problemas con la universidad que no nos quería aceptar, ahora tengo la duda de dónde viviré y si mis permisos oficiales canadienses llegarán a tiempo. No los necesito para ir pero sí para hacer algunas cosas que quiero hacer. En fin, ya iré viendo.
Desde que me aceptaron y conocí a Antonio Banderas y todo eso, el irme a Canadá sólo me ha dado problemas, preocupaciones y muchas comeduras de cabeza. Espero que dentro de un mes todo quede en frío, en reposo y vuelva a estar más calmada en cuanto a mi mente.
Tengo menos de un mes. Menos de un mes para papeleos, organización de ropa, de cosas que llevarme, despedidas, aprovechamiento de mis días en la soleada y cálida Málaga... Empiezo a sentir el cosquilleo en el estómago de algo grande y nuevo frente a mí; empiezo a sentir el agobio y la ilusión a la vez... Aventura a la vista...
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