lunes, 24 de octubre de 2011

costumbres

El ser humano es un animal de costumbres.
Sin darnos cuenta tomamos costumbres, ya sea lo que hacemos cuando nos depertamos, al ir a dormir, la forma en que nos hacemos el desayuno, el salir los sábados...

Cuando estamos metidos en una costumbre es muy difícil salir de ella, porque es como que nos desorientamos, nos alejamos de lo conocido y en cierta medida nos asusta.
Esto se puede ver cuando vamos a una peluquería distinta a la habitual, cuando probamos una comida por primera vez, cuando conocemos gente nueva, cuando nos mudamos... miedo a lo nuevo? Yo diría miedo a perder lo que conocemos, lo "viejo".

Para esto que os cuento hay colmos. Hay gente a la que no le gusta su vida por algún motivo pero como controla lo conocido, no se atreve a arriesgar hacia algo nuevo. En esto hablamos de trabajo, ciudad o, incluso, la pareja. Y es que hay parejas que están por la costumbre, porque han aprendido a vivir así y no se atreven a cambiar esa forma de vida, aunque no estén totalmente seguros de estar bien.

Las costumbres anoche me provocaron perder mis lentillas. Acostumbrada a que cuando me voy a dormir me las quito, abrí el bote de lentillas, lo puse boca-abajo y lo enjuagué para llenarlo de nuevo de líquido limpio. Cuando fui a echar mano de los ojos para quitarme las lentillas, me di cuenta que no las tenía, porque no me las había puesto en todo el día. Miré el bote de las lentillas y caí en la cuenta que las lentillas estaban ahí cuando lo puse mirando hacia abajo para vaciarlo y volver a llenarlo de líquido. Ni rastro de mis lentillas. Todo por culpa de las costumbres...

Cuidado con las costumbres, son cómodas pero no siempre son buenas y pueden llegar a dar problemas...

2 comentarios:

Alina Caravaca dijo...

mmmmmmmm...costumbres...eso de las lentillas me suena por cierto...asi las perdí yo una vez...todo sea por innovar ¡Habrá que empezar por las lentillas! :)

Mar dijo...

pues sí, Alina, habrá que pensar en las innovaciones...