10am en un punto clave de un barrio de Málaga de la zona este. Un coche conducido por una señora se engancha no se sabe cómo con el bordillo roto por las obras de una esquina, quedando enganchada una rueda del coche al "cubre alcantarillas" metálico de la acera, arrancado por las obras.
A su alrededor, 4 hombres y un montón de transeúntes que pasan por allí.
¿Qué se escucha comentar?
"Tenía que ser mujer". "¿Pero cómo ha podido esa mujer quedarse así enganchada?" mujer, mujer, mujer...
¿Cómo ayudan los hombres a la torpe mujer? Pues gritándole como desarmados "p'alante, nooo, p'atrás!!"
Mientras, yo, mirando asombrada toda la exageración del momento voy cruzando la calle y viendo que la pieza enganchada cubre totalmente la rueda y que es imposible salir girando la rueda y menos hacia atrás, ya que levantaría la pieza metálica, rajando por completo la parte baja del coche. Nadie se ha dado cuenta de eso, y aconsejan a la mujer que vaya hacia atrás. Así pues, no puedo evitarlo y desde el otro lado de la calle, cual vecina de mi barrio que soy, empiezo a gritar: "Así noooo, que la rueda está rodeada. Que hay que quitar la pieza metálicaaaaaa. Así noooooo."
Los hombres me miran y me ignoran, a lo que yo cruzo de nuevo la calle y me acerco para explicar mi punto de vista desde el otro lado de la calle. Oídos sordos. Hombres. Cuando el coche empieza a ir hacia atrás, se dan cuenta que tenía razón y que la pieza se levanta pudiendo dejar el coche en alto y realmente enganchado, a lo que cambian de idea y siguen mis consejos.
Al final, la mujer pudo salir de allí, dejando atrás un montón de hombres que hacían como que ayudaban pero que no habían usado para nada el cerebro. Yo, indignada por el machismo de mi barrio, me retiro triunfadora. He evitado una catástrofe.
OOOOHHHH YEEEAAAAAAHHHH
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