Todo empezó a las 8 de la mañana en el avión, con una chica detrás que se pintaba las uñas antes de despegar y que no callaba en tooooooodo el trayecto.
Continuó con un paseo por el centro y la Ramblas, comiendo en un restaurante donde uno de los camareros era hijo de andaluces y quiso darme Baileys de más por mi acento y cenando en un restaurante "Danone" (sí, Danone, el de los yogures), con el postre más que obvio, ¿no?
Por supuesto, sufrí la hora punta de la mañana en el metro, vi a algún ex-erasmus que otro, descubrí lugares para merendar y restaurantes de categoría para cenar.
Además de andar y andar por la ciudad, compré chicha morada del Perú, vi una charcutería especializada en butifarra de un montón de sabores, fui al bar del hielo, donde me tomé una bebida a -15º.
Y no faltó la anécdota del taxista que no callaba en todo el recorrido hasta casa porque tiene una prima que vive en mi barrio y que tiene un Megane negro, para poder distinguirla cuando la vea.
Como siempre, llegué apurada al aeropuerto, a punto de perderme por allí y encontré finalmente la cola inmensa de Ryanair, donde también estaba un amigo de Málaga. Cosas de la vida.
Ahora hay que deshacer mochila, descansar un poco y volver a hacerla porque... mañana me voy otra vez XD
No hay comentarios:
Publicar un comentario