domingo, 14 de noviembre de 2010

Domingo de guindas más allá de Guindos

Mañana super bonita y soleada. La gente corría por el paseo marítimo, iba en bicicleta o simplemente paseaba.
Por la tarde se empieza a nublar y me voy a ver al Unicaja con el cielo gris amenazante.
Partido "gran cagada" por parte del equipo malagueño, con una derrota de las que dan vergüenza. Hay una guinda a la tarde.

Fuera llueve como si fuera lo último que fuera a pasar en la Tierra.
Yo, sin paraguas (porque anda yaaaaa va a llover ni va a lloveeeer) pensando qué hacer, porque el coche para nada estaba cerca del pabellón. Decido salir corriendo, porque esperar es de miedicas y tampoco era seguro que fuera a parar.
El suelo era todo agua, daba igual donde pisara, porque siempre se me mojaban los zapatos. El chaquetón con la capucha chorreando, los vaqueros que cada vez pesaban más y los calcetines empezando a notar la humedad exterior.
Yo corriendo, pensando que así me iba a mojar menos. No sé si eso lo conseguí pero al rato estaba asfixiada, empapada de agua y mosqueada por las pocas luces de haber salido corriendo como una gilipollas.
Llengando al coche, ya andando, empieza a llover muchísimo menos. !!!uoqyoeqpoyrye!!!
Al menos, se puede decir que he hecho algo de deporte, no??

Y tengo una pregunta:
si al llover corremos, ¿nos mojamos más, menos o igual? Porque avanzamos más rápido pero también notamos más cantidad de agua al avanzar, ¿no? Un claro ejemplo es un coche, que al acelerar tiene que poner más potencia al limpia-parabrisas.

No hay comentarios: