domingo, 22 de noviembre de 2009

La casa encantada (que no encantadora)

Mi casa aquí parece que tiene duendes porque las cosas de la cocina aparecen y desaparecen, cambian, se transforman... (y no hablo de la mugre que a veces se acumula, eh?)
Todo tiene una explicación, claro, pero prefiero pensar que son duendes, porque me mosquea menos.
Y es que resulta que mi casa no es sólo mi piso, también lo es el de al lado. Al menos, la cocina seguro. Al haber allí como aquí otra rumana amiga de mi rumana y otro español amigo de mi español, pues claro, que si un día yo voy a comer allí, que si otro día yo necesito tal cosa... Resultando un caos porque buscas algo que no vas a encontrar y te encuentras con otra cosa que pensabas no había en tu cocina.
Ahora mismo cuento dos de mis tres platos que compré en el ikea, y mis tazas del ikea están missing, habiendo en su puesto dos tazas super cursis y normales (una de ellas con corazoncitos!! te kié i yaaa).

A parte de los duendes de la cocina (que ya podían echar una mano limpiando), también hemos tenido duendes en el cuarto baño.
Una noche cambié el rollo y a la mañana siguente me dice mi rumana que no hay papel. ¿?¿?¿?¿???¿?¿? Miro y no es que se había acabado de forma mágica, no, es que había desparecido el rollo por completo. Puse otro nuevo y al día siguiente, cuando fui a coger la fregona al cuarto baño de los chicos... ¡¡anda, pero si tienen un rollo igual igual al que teníamos nosotras... azul (un color nada típico)!! Se lo comenté a mi rumana y en principio lo dejamos allí. Pero al día siguiente me dio el arrebato, tras volver de fiesta, y se lo cogí para ponerlo en nuestro cuarto baño. Pues bien, a la mañana siguiente lo mismo, el rollo desaparecido de nuevo.
Viendo el choteo, decidimos señalar todos nuestros rollos, para tener la prueba de que realmente era nuestro para la próxima vez.
Al cabo de unos días, hubo próxima vez. Rollo desaparecido, Mar enfurecida y rollo señalizado de rosa en el cuarto baño de los chicos. Esta vez se lo quitamos y el otro día en una mini-reunión que tuvimos, lo comenté, porque me parecía tener mucha cara...

La teoría de los duendes es mejor, ¿verdad? Sí, así pierde todo el encanto.
Y es que mi casa no es como las demás de los otros bloques. Mi cuarto baño es más pequeño, no tiene unas estanterías que tienen todos los demás; mi cocina siempre está sucia y con cosas por medio, porque aunque hemos hablado que por favor colaboremos todos, aquí el sentimiento de limpieza y respeto a los demás está como el rollo... missing; y mi cuarto pues más frío que cualquier cuarto de Bourdonnette. Ningún radiador de mi piso (y no sé si de mi bloque) funciona bien pero parece que soy la única que realmente siente el frío. Entre el pasillo y mi cuarto hay un cambio radical de temperatura, que quienquiera que venga lo nota. Y no es normal que en otras casas estén en mangas cortas y yo en mi cuarto con dos camisetas, el polar quechua y, en algunos casos, otra sudadera más encima.

Así que...
La vida erasmus es lo que tiene... anécdotas por todos lados...

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