lunes, 8 de febrero de 2010

Ole ahí lo bien hechas que se hacen las cosas....

Volver a la facultad tras varios meses, siempre puede tener sus sorpresas...

Hay cosas que son pasables, como el nuevo color de la sala de lectura: gris !!! Un color ideal para la motivación del alumno y para sentirse mejor allí...

Sin embargo, hay otras cosas que... serían dignas de la web "wtf" (what a fuck, o... algo así como... vaya tela...), porque no me explico cómo en una biblioteca de ingeniería se puede permitir tanta estupidez.

Primero fue la puerta estrecha, que si no se abría completamente una silla de ruedas no podía pasar, pero es que luego se encontraba con el cacharro detector de ladrones de libros, estrecho como él mismo, haciendo imposible que un minusválido pudiera entrar allí. Muchos ascensores para luego ná.
Ahora ya no sólo es eso, ahora es que las personas sin sillas de ruedas tienen problema para entrar a la biblioteca, porque ahora el detector no sé si es que es más estrecho o qué, pero es que está colocado de manera que no cubre la apertura de la puerta (bueno, de la mitad, porque no se abre entera... pá qué).
Por tanto, llegar a la biblioteca, con mochila, chaquetón y demás cosas es una aventura, porque hay que meter panza e ir entrando como las fichas del tetris, cambiando la forma y la posición, porque si no, es imposible.

Como diría aquel... "tócate los huevos Mariloli"

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