Especial Vélez-Rubio

Después de un día entre la familia Ariza, con buen ambiente y alguna que otra anécdota, por fin puedo volver a actualizar.
Este año me he venido antes de lo normal de Vélez-Rubio. No he podido disfrutar del viernes santo y menos aún de la fabulosa procesión del domingo de resurrección, donde la cofradía (que no hermandad) de los Porcelanos, o también llamada Cofradía del Cristo del Perdón, llena la plaza del pueblo para ofrecer lo mejor de lo mejor.

En estos días, alejada de mi vida rutinaria, he descubierto que mi blog lo ve más gente de lo que pensaba; he salido de fiesta, he tomado el sol sentada en una silla bebiendo cubatas, he conocido nuevos juegos, he hecho nuevos y extraños "amigos", he tomado prestado algún colchón que otro, he gritado con fuerza "viva los porcelanooooooooooooos!", he sufrido el dolor de cabeza de un capirote, me he emocionado con las trompetas y tambores, he inventado la canción de la semana santa (éxito de ventas), he arreglado cinturones, he vivido la pérdida del sueño europeo de mi Unicaja del alma, he sido una fugitiva de la policía... en fin, cosas...

Mi semana santa empezó con un sábado estilo vélez: botellón en lo de kokyn y bailoteo en la discoteca después. Alguno que otro enlazó con la carrera de Alonso pero yo no soy tan aficionada... El domingo, día grande, en el que todo el mundo va como un pincel. Yo no quise ser menos, y gracias a mi grandísimo amor (Marina) pude ir mona. Ese tapeo al estilo boda, ese reposar de la comida al solecito y con un vaso en la mano, ese refrescar que hizo que jugáramos a las profesiones, esa broma... shhh esto ya está olvidao.
La semana siguió con algo de comida al aire libre y alguna que otra procesión. Unas más secas y bonitas que otras... pero bueno.
También he tenido contacto con el extranjero. De manos de un alemán, he descubierto lo fácil que es engañar a un pobre guiri, a cambio de comida y cama. El pobre tenía el cerebro lavado cuando yo llegué a él y me fue imposible hacerle ver la realidad de la vida... en fin... una no puede cambiar el mundo, no?
Eso sí, ser perseguida por la poli y vigilada en la huída... eso no lo hago todos los días. Por el miedo a una multa escondimos la bebida entre unos arbustos, sin pararnos a pensar que era ahí donde muchos tíos hacían sus necesidades... Nos costó pero tuvimos el valor de enfrentarnos al coche patrulla y rescatar nuestro ron.

Son tantas cosas... Sólo decir a los velezanos que lean esto que los quiero mucho mucho mucho (y ahora no estoy borracha, eh? jajajajajajaja ) Que nos vemos prontito y que os echo de menos hoy sábado noche... snif snif
Un saludito especial a Laura, que le dije que haría un especial.

... continuará ...