lunes, 8 de septiembre de 2008

Historia de buenas noches

Era tarde. Había intentado estudiar pero no había aguantado mucho... Necesitaba dormir.
 
Llegó ese momento que más me gusta del día. Abrir la sábana para introducirme dentro, poder por fin respirar hondo, relajarme y cerrar los ojos para descansar de todos los pensamientos y sucesos del día... Y, aunque parezca que todo se simplifica, mi mente no sé por qué se abre y me vienen a la cabeza multitud de ideas, sobre lo que no he querido pensar durante el día o que simplemente estaban ahí...

Sin embargo, anoche fue distinto. 
Fui a apagar la luz del flexo para dormir y vi un bichito. Fui a matarlo y se me escapó.
"oh, nooooo" - pensé - "ahora va a estar toda la noche rondando por mi cuarto!!! a lo mejor me picaaaaa" 
Dudando entre buscarlo (cosa un poco chunga, a no ser que se posara y se quedara quieto cerca de mí) o apagar de una vez por todas la luz y dormirme de una vez por todas. Puto bicho, un rato estuve "¿dónde está? ¿me picará? ¿lo escucharé cuando esté a punto de quedarme dormida? ... " 
Finalmente apagué la luz, quedándome atenta a posibles vuelos bichinales... hasta que viajé al país del sueño.

4 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

"Abrir la sábana para introducirme dentro.." joeee, hace que no hago esto... debería de hacer la cama alguna vez, no?? jeje

Mar dijo...

... ... ...
Lucas, en verano es muuuuuy fácil hacer la cama, ¡¡date el gustazo de meterte en una hecha!!!
;)

ah, y frikazo tú !!

Anónimo dijo...

pero que vagoooo er lukas