lunes, 6 de octubre de 2008

Historias de NYC

Vuelvo a mi vida de siempre. No puedo escapar.
Aún queda en mi cuarto y, sobretodo en mi armario, restos de mis vacaciones, de mi viaje, de mi aventura. Cosas que se quedarán conmigo, como lo harán también las anécdotas y los recuerdos en mi memoria.

Ya he subido las fotos a internet... ¡¡¡ por fiiiin !!!! Así que podéis verlas quien quiera, cotillear, comentar (cosa que dudo de la mayoría) ...

"¿Qué tal el viaje? ¿Qué te cuentas?"

Pues el viaje muy muy bien. No me ha defraudado para nada aquella ciudad. Me fui con muchísimas ganas de descubrirla y en 10 días he tenido tiempo de empezar a hacerlo. Sin embargo, Manhattan es un lugar que necesita mucho más tiempo para conocerlo a fondo, sus bares, sus parques, sus tiendas, sus calles en general, hay mucho donde perderse.

¿Qué me gustó más?
No podría decir tan sólo una cosa. Como turista, me gustó mucho la visita a la estatua y la Ellis island. Mucha gente dice que no vale la pena ir allí, que con pasar con uno de los barcos que hay es bastante. No hicimos caso a esos comentarios y nos dimos cuenta que había mucho más de lo que pensábamos. Con el audioguía te empapas de la historia, conoces los porqués y no sólo miras, también observas y aprendes. Es una pena no poder subir hasta la corona de la estatua, pero bueno, algo es algo, para vistas está el Empire o el Rockefeller. Ellis island también es impresionante. No tanto por fuera (como ocurre con la estatua cuando la tienes justo delante) sino por dentro. Hay muchas cosas que ver y llega un momento que llegas a sentir lo que sentían los inmigrantes que llegaban allí.
Es cierto que hay mucho patriotismo y mucha pamplina en las explicaciones, pero es parte del americanismo existente en USA. Aunque NYC a veces parece no pertenecer a ese país, no puede negar su localización.
Las vistas desde el Empire o el Rockefeller fueron tremendas. Ver todo Manhattan y parte de lo que le rodea (Brooklyn o New Yersey) es impactante, ya sea de día o de noche. Numerosos rascacielos y grandes avenidas se divisan desde allí; así como algo menores edificios de barrios como Chinatown o el Greenvillage, el río Hudson o los puentes que unen la isla con el resto.

Me encantó la mezcla de culturas que vive allí. El escuchar castellano en el metro o en cualquier otra parte de la cuidad, el ver cómo chinos, negros, sudamericanos, blancos o personahes enormes conviven sin problema alguno, cada uno a su bola. Te podías encontrar un corredor que venía de alguna carrera, con su pantalón corto y su café con donut de regalo, sudado, tirando pa casa en el metro; o un tío vestido estravagantemente, con su ipod tarareando sin vergüenza la canción que escuchaba.

Disfruté la tarde en el Central Park. Lugar totalmente en contraste con el resto de Manhattan. Allí va la gente a relajarse, a tumbarse en las enormes explanadas de césped, a jugar al frisbie, o a hacer deporte, con la bici, con los patines o corriendo. Se puede pasear, se puede ir a escuchar música (porque hay grupos tocando, ya sea batukada, que música clásica, que samba...), se puede ir a perderse... a lo que quieras. Es increíble.

Y por hoy ya está. Otro día contaré alguna que otra anécdota más personal, de mi aventura newyorkina. Y comentar algo de las fotos.

Un saludito !!!


Las FOTOS: http://picasaweb.google.com/madmares/NYC#

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