Tras la aventura de correr con una maleta, una raquetera y una mochila a tope de cosas, creando agujetas y algún que otro golpe en el tobillo, por bajar del tren intentando no caer de cabeza, la larga cola de easyjet en el aeropuerto de Ginebra, a la que había que echarle paciencia...
..llegué a mi Málaga; con su calorcito propio veraniego, su playita llena de gente que habla de manera que lo escuchas todo, su pescaíto frito, su gazpacho de papá, sus vecinos que se alegran de la vuelta de la erasmus...
Es raro al principio. Hay que quedar con mucha gente pero no sabes cómo hacerlo y sientes ya la falta de los que dejaste hace unos días. Todo puede hacerte recordar algo de lo vivido: la música del banco al vídeo del lip dub, expresiones que se te vienen a la cabeza y que sabes que diría otra persona, anécdotas que ya pasaron y que se refrescan con algún comentario...
Tengo que deshacer la maleta pero me da pereza. El caos de mi habitación es tremendo. Ya de por sí siempre lo tengo caótico pero ahora tengo la ropa mezclada, de las maletas hechas y deshechas y de mis cortas estancias aquí.
Miro continuamente el facebook, pero ya no es lo que era.
Me lo han dicho y es cierto. Estos días me siento super rara.
Ahora, por delante un verano, que ya va avanzado y que me tengo que organizar, para estudiar, salir, intentar ahorrar (porque Suiza me ha dejado arruinada) y empezar con el papeleo post-erasmus.
Hay que volver a la vida que tenía antes...
¿Tendré la conocida "depresión post-erasmus"..?
Hay millones de artículos sobre esto:
ejemplo 1; ejemplo 2; ejemplo 3.
Desde luego, tengo los síntomas. Y eso que nuestra erasmus suiza no ha sido de esas utópicas, porque hemos trabajado, nos han suspendido y hemos pasado nuestros días y días... pero también hay que admitir que cuando hemos salido ha sido para darlo todo y que he conocido gente maravillosa. Un besote!!!