viernes, 2 de noviembre de 2007

mareando la perdiz (historias de desesperaciones)


Os voy a contar la historia de cómo perder una mañana, la paciencia y la voz.

La protagonista es una chica guapísima que está resfriada y un poco ronca. La chica en cuestión tiene un problema con el envío y recepción de mms con su tarjeta vodafone y no duda en llamar a atención al cliente para solucionar el problema. Todo genial hasta que la llamada se corta un par de veces; de un operador pasas a otro y luego a otro; en cada uno de los pasos te piden los mismos datos (que digo yo para qué coño quieren un ordenador y una base de datos...) y luego ¿pa qué? pa na. Porque cuando parece que lo vas a conseguir te dice la muchacha del otro lado que no le va bien el ordenador y que no me puede efectuar la operación. Después, rozando la victoria con la lágrima saltada la chica me dice que sólo tengo que seguir unos pasos: Recibiré un sms, meteré un pin y al apagar y encender el móvil estará todo solucionado. mmmmmm :( Pues noooooooooo. Al encender el móvil continuaba sin poder enviar mms. Nuestra protagonista, a punto de echarse a llorar de desesperación vuelve a llamar. ¿Pa qué? Pa na. De nuevo uno de tantos argentinos vacilas (no tengo nada en contra de los argentinos, eh? pero algunos... vaya vaya...) ... ¿dónde estaba? Ah, sí, el argentino me dice que hasta mañana no se efectuará la operación, que me espere. Así que así estamos, esperando, recuperando voz, energía, paciencia y ganas de perder otro rato mañana. Porque, como dice el dicho, "mañana será otro día"...

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