El globito feo

Había una vez un globo que era diferente a los demás. Era negro. Los otros globos se reían de él por su color y le decían que no iría nunca de fiesta porque a los niños no les gusta ese color y que sería usado para cosas tristes o abandonado en una caja.

Sin embargo, se celebró una noche llamada "Blanca" en una ciudad y para uno de los eventos, un tanto peculiar (fluor freak show), se necesitaban globos blancos y negros.
El globito estaba muy contento, saldría a la calle, mejor incluso que el estar en una fiesta de cumpleaños rodeado de niños gritones. Fue testigo de largas colas de gente que lo veían, acompañaba a una de las actrices a animar la cola y adornaba la caravana de circo ficticia. De repente, se regaló un globo al que contara un chiste con el megáfono. El globo pasó a ser compañero de una chica y ser llevado en la muñeca de ésta. ¡¡Iba a ver más mundo todavía!!

La chica lo paseó por el centro de la ciudad y como el autobús no venía, lo llevó caminando hacia casa también. El globo era super feliz. Estaba viviendo más que cualquier otro globo que hubiera conocido. Entonces, sintió que debía hacer una última aventura, por sí mismo. Quería escapar y volar, en lugar de acabar metido en una casa hasta terminar desinflado. Así pues, en un despiste de la chica, el globo se desató de su muñeca y echó a volar, más y más alto, hasta que su color se confundió con el cielo de la noche.


Y así fue como me quedé sin globo y apareció una gran historia.