domingo, 10 de enero de 2010

Un día de estos, los días de estudio.


El día a día de una erasmus puede ser muy duro, sobretodo cuando se está en época de exámenes...

Te suena el despertador pero no te despiertas, porque estás todavía cansada de anoche, que te fuiste a dormir tarde, porque estabas estudiando un sábado por la noche; sales a la calle y está toooooodo lleno de nieve ("oh, qué bonito!!"), cámara en mano, quieres disfrutar del paisaje, pero tienes que ir con cuidado para no resbalar, zapateando de vez en cuando para no acumular mucha nieve en los pies...

Una vez ya en la universidad, todo sigue igual de bonito pero por dentro es otra cosa. Las clases llenas de gente estudiando y mucha vida en los pasillos y en las máquinas de imprimir o de hacer fotocopias. Ambas cosas son una tremenda odisea, porque yo creo que está empezando la rebelión de las máquinas, y el tiempo desperdiciado en eso es pa echarte a llorar.

>> Aquí me indigno, pero mejor escribo las indignaciones en la siguiente entrada <<

Cuando terminas de estudiar, es duro ir hasta la parada para no saber cuándo llega el metro y estar allí helada, siempre y cuando no esté cayendo una pedazo de nevada con viento congelador incluido.

Llegar a la cálida casa es ahora algo que te alegra y te da felicidad, porque has escapado un día más de un día de estudio rodeada de nieve. Ahora, algo calentito (por favor, cuidado con los huevos cocidos, porque se pueden quedar pasados por agua y... se puede mascar la tragedia) y a estudiar otro ratito antes de caer fulminada por el cansancio; sin olvidar de poner el despertador, claro está!!

4 comentarios:

j dijo...

Siempre que entro en tu blgo o hablo contigo me apetece comentarte lo mismo, no sé por qué: "Chalá"

Mar dijo...

jajajajajaja

Anónimo dijo...

Muy buen post, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Muchos saludos, muy interesante el post, espero que sigas actualizandolo!